Ofrendas a los Árboles (Seres Arbóreos)

ofrenda arbol

Ofrendas a los Árboles (Seres Arbóreos)

1024 709 Consciencia Arbórea

Ofrendas a los Árboles (Seres Arbóreos)

En los ritos y cultos a los árboles de la Europa antigua las ofrendas y los exvotos han sido un elemento impotante que ha mantenido el vínculo entre los humanos y la sacarlidad de árboles y bosques. Tanto por hallazgos arqueológicos, como por textos romanos sabemos de primera mano de estas prácticas, un ejemplo claro nos lo aporta el legado de la Cultura Minoica que se desarrolló a partir de la primera Edad del Cobre en la isla de Creta. Esta civilización fue de carácter Matriarcal y de religión animista orientada al culto a la vegetación. En este caso tenemos un sello en el que aparece un altar, cuyo centro es un árbol o vegetal y alrededor del cual las sacerdotisas rinden culto aportando sus ofrendas.

Otro claro ejemplo lo encontramos en el yacimineto de la Edad del Bronce de Wiglesswade, Reino Unido, en esa localidad se ha encontrado un recinto circular marcado por una zanja alrededor de un centro que contiene una raíz y restos de ofrendas. Se trata pues de un lugar de culto en donde la zanja define el espacio ritual alrededor del árbol mágico o sagardo al cual se le hacían ofrendas.

Ofrendar a los Seres Arbóreos:

Una buena forma de atender y estrechar nuestro vínculo con los árboles y los entes espirituales que los habitan (los Seres Arbóreos) es mediante las ofrendas. La intención de estas ofrendas debe ser claramente altruista y compasiva, sólo de esta forma se forja un verdadero vínculo próspero entre nosotros y estas sabias entidades. Cuando la ofrenda no busca obtener una recompensa, ésta proyecta inexorablemente amor y agradecimiento a la vida arbórea, a su existencia y a todo lo que de ella florece. El agradecimiento es la expresión más elevada de cualquier ofrenda. Cuando es así estas ofrendas y honores son inmensamente apreciadas por los Seres Arbóreos.

Si estas ofrendas además van acompañadas de peticiones, siempre y cuando estas sean fruto de nuestra bondad, los Seres Arbóreos tomaran cartas en el asunto acogiendo nuestras súplicas con gran responsabilidad e implicación, ya que en su aspecto más elevado servir y dar es su propósito último. No es lo mismo hacer una petición que ofrendar algo para obtener una recompensa, así que debemos ser transparentes y coherentes en nuestros propósitos y ver que es lo que realmente nos mueve a solicitar.

Todo posee un cuerpo sutil y vibratorio: no es ninguna tontería ni es para nada ridículo ofrecer algo comestible a un ser que no tiene boca como puede ser un árbol, los Seres Arbóreos se nutren y adquieren la substancia más pura y etérea que desprenden los alimentos, los frutos de la tierra y los elementos como el fuego. 

Tipos de ofrendas para los Seres Arbóreos:

  • Frutas: Las frutas y los frutos secos son muy apreciados por los espíritus de los árboles, sirven para el propósito de agradecer y venerar la existencia y la vida de los árboles. Se depositan entre las raíces y cuanto más natural, ecológica y de temporada sea la fruta mejor. 
  • Fuego: Una ofrenda de fuego, en este caso una vela nos puede servir para potenciar rituales y ceremonias junto a los árboles. Mediante el fuego nutrimos a los Seres Arbóreos con la esencia de la luz y les brindamos excelsos honores. En este caso se enciende la vela a una cierta distancia y se va levantando poco a poco con ambas manos desde el suelo hasta por encima de nuestra cabeza para depositarla luego a los pies del árbol. Esta acción genera en el lugar una sutil fuerza espiritual palpable en el ambiente.
  • Vino o aceite: Para cuando queramos consagrar (hacer sagarado) nuestro árbol, o bautizarlo, también para peticiones o propósitos en los que los queramos a nuestro favor (dentro de sus posibilidades) o para honrar un voto hecho anteriormente. Se pueden hacer libaciones en la parte inferior del tronco y en las raíces a la vez que se expresa el propósito por el cual se hace esa consagración. De igual forma vamos a escoger alimentos ecológicas y naturales.

 

.