«Una experiencia íntima con un gran árbol, un grupo de personas pequeño y muy bien avenido, sensible, abierto, humilde y grande a la vez. Los árboles como siempre, ofreciéndonos todo lo que son, generosos, poderosos, bellos. Continúo haciendo camino en mi sensibilización hacia estas criaturas solemnes y que tanta sabiduría me transmiten. Gracias para estar en mi camino con tanta generosidad, árboles, compañeros.»

Pere Romagosa