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El árbol más grande del planeta también es uno de los organismos vivos más antiguos de la Tierra

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El árbol más grande del planeta también es uno de los organismos vivos más antiguos de la Tierra

El PANDO tiene 47 000 tallos interconectados en un único sistema radicular. Al ser clones de una misma planta, se consideran un único organismo. La especie ocupa un área equivalente a 60 campos de fútbol y sobrevivió a la Edad de Hielo. Un nuevo estudio genético confirma también que ostenta el récord de supervivencia.
Autor: Katia Catulo Meteored Portugal

Durante décadas, un peculiar bosque de álamos en el Bosque Nacional Fishlake, en el centro-sur de Utah, ha atraído la atención de los investigadores. Reconocido por primera vez en la década de 1970 como un ejemplar único y enorme, la historia de Pando (que significa «me extiendo» en latín) se ha estudiado desde entonces, con el objetivo de determinar su edadcomposición genética y las amenazas que enfrenta.

Varios estudios han estimado que su existencia habría sido hace unos nueve mil años, o doce mil como máximo. Antes de este período, habría sido improbable que sobreviviera a las temperaturas extremadamente bajas de la región, que estaba cubierta de glaciares.

Un equipo estadounidense de biólogos ha llevado a cabo la mayor investigación jamás realizada, concluyendo que su edad oscila entre 16.000 y 80.000 años. El rango es amplio, pero el trabajo confirma que el espécimen se encuentra entre los organismos vivos más antiguos conocidos en la Tierra.

Su ascendencia por sí sola es asombrosa, pero lo verdaderamente impresionante es su escala y complejidad.

Conocido popularmente como un bosque, este espécimen es, en realidad, un único álamo temblón (Populus tremuloides) con unos 47 000 tallos interconectados por un sistema común de raíces. Su extensión alcanza las 43 hectáreas, en el bosque de Fishlake, ocupando una superficie equivalente a casi 60 campos de fútbol.

Pando en el Bosque Nacional Fishlake
El estudio concluyó que la zona donde se extiende el Pando se vio relativamente poco afectada por las inhóspitas condiciones de la Edad de Hielo, y siguió desarrollando nuevos brotes: J Zapell, dominio público, vía Wikimedia Commons.

Pando es técnicamente un árbol triploide, lo que significa que sus células contienen tres copias de cada cromosoma, en lugar de dos. Por lo tanto, la especie no puede reproducirse sexualmente ni mezclar su ADN con el de otros árboles. En su lugar, crea clones de sí misma.

Al secuenciar 500 muestras de ADN, los investigadores del Instituto de Tecnología de Georgia en Atlanta y de la Universidad de Utah también pudieron rastrear patrones de variación genética en todo el árbol, obteniendo pistas valiosas sobre cómo se adaptó y evolucionó a lo largo de su vida.

Aunque el proceso de clonación produce descendencia genéticamente idéntica, la especie puede acumular mutaciones genéticas a medida que sus células se dividen. Estas variaciones proporcionan información sobre cómo ha evolucionado la planta desde su primera plántula.

Cuatro mil mutaciones genéticas de una especie que se clona a sí misma

Para analizar estos cambios, los investigadores recolectaron muestras de raícescortezahojas y ramas de todo el clon Pando y también de otros álamos no relacionados para comparar.

Al extraer ADN de las muestras, pudieron secuenciar y analizar una subsección específica del genoma. Tras eliminar variantes de otras especies, los científicos lograron aislar casi cuatro mil mutaciones genéticas que surgieron a lo largo de milenios de clonación repetida del álamo.

Basándose también en estas mutaciones, los científicos simularon la edad del organismo. Si las variaciones genéticas detectadas son «verdaderos positivos» y el equipo no pasó por alto ninguna, Pando tendría aproximadamente 34.000 años. Dependiendo del rango definido para los escenarios planteados, este espécimen podría tener entre 16.000 y 81.000 años.

Además del estudio genético, también se determinó la edad del ejemplar a través de sedimentos recolectados en el lago, donde se encontraron rastros de su polen que datan de más de 60 mil años.

La investigación, publicada en la revista científica Nature, también es importante para comprender los procesos evolutivos y adaptativos en organismos clonales de larga vida, particularmente cómo las plantas pueden evolucionar para preservar la integridad genética de sus tejidos embrionarios.

Pando
Este árbol, que se propaga en nuevos árboles genéticamente idénticos, se comporta como un único organismo vivo. Foto: Scott Catron, obra propia, CC BY 2.5, vía Wikimedia Commons.

Pando no es único, y aunque es más pequeño, existen otras colonias de esta especie, no solo en Utah, sino también en Colorado y Alberta, Canadá. Pero es en el Bosque Nacional Fishlake donde este ejemplar alcanza su máximo esplendor.

El peso de Pando en términos de ballenas y elefantes es…

Se desconoce si existe algún otro ser vivo más pesado que Pando, al menos en la superficie. Con 6.000 toneladas, es tres veces más pesado que el árbol más grande del planeta, la secuoya gigante de California, conocida como General Sherman. De hecho, el álamo temblón tiene una masa aproximadamente equivalente a la de 35 ballenas azules o 1.000 elefantes.

Área del Pando
La imagen aérea del bosque Fishlake, en Utah, muestra el área coloreada en verde ocupada por el árbol Pando (43,6 hectáreas). Foto: Lance Oditt, Friends of Pando, CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons.

No es de extrañar que sea una verdadera celebridad. Apareció en un sello postal en 2006 y, ocho años después, fue reconocido como el árbol oficial del estado de Utah. Su capacidad de regeneración, reemplazando cada tronco muerto con un nuevo brote, le ha permitido sobrevivir prácticamente intacto hasta nuestros días. Sin embargo, en las últimas décadas, se ha visto cada vez más amenazado.

Sus plántulas han sido devoradas por ganado y ciervos, lo que ha impedido su desarrollo. El pastoreo excesivo y la eliminación de depredadores como lobos, osos y pumas han alterado el ecosistema, poniendo en peligro a esta especie extremadamente rara.

Detalle del árbol Pando
Imagen detallada del árbol Pando, del fotógrafo Lance Oditt, que muestra los característicos ojos del árbol y el cambio de color de las hojas al final del verano. Foto: Lance Oditt, Friends of Pando CC BY-SA 4.0, vía Wikimedia Commons.

Por lo tanto, se necesitan urgentemente medidas de protección para garantizar que el Pando continúe durante muchas generaciones más como el árbol más grande del mundo y uno de los organismos vivos más antiguos que jamás haya existido.

Autor: Katia Catulo Meteored Portugal

Referencias de la noticia

M. Pineau, Karen E. Mock, Jesse Morris, Vachel Kraklow, Andrea Brunelle, Aurore Pageot, William C. Ratcliff, Zachariah Gompert. Mosaic of somatic mutations in one of Earth’s largest organisms, Pando. bioRxiv – The preprint server for Biology

La Tierra es más verde que hace 33 años

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La Tierra es más verde que hace 33 años

Desde 1982, la Tierra se ha enverdecido en unos 36 millones de km2, una superficie parecida a dos veces los EE UU. Un equipo internacional con participación española ha captado el aumento de la superficie foliar terrestre a partir de imágenes de satélites, y revela que el enverdecimiento es resultado del efecto fertilizante que ejerce el dióxido de carbono atmosférico sobre las plantas. Sin embargo, los científicos aseguran que esto no significa que el aumento de CO2 sea positivo para el clima.

La Tierra es ahora más verde que hace tres décadas. Esta es la principal conclusión de un estudio internacional, publicado en Nature Climate Change, que ha detectado un ascenso significativo de la cantidad de biomasa verde –las hojas–, en el 40% de las regiones del planeta desde 1982 a 2015, mientras que solo en un 4% se ha apreciado una pérdida significativa de vegetación.

«Con este estudio, hemos podido atribuir el enverdecimiento del planeta al aumento de los niveles de CO2atmosféricos provocado por el consumo de combustibles fósiles», asegura Josep Peñuelas, coautor del trabajo e investigador del CSIC en el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF).

CREAF |  | 26 abril 2016 15:13

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Cambio de la superficie foliar en porcentaje, de 1982 a 2015. Cuanto más verde, más ha aumentado el número de hojas; cuanto más lila, más ha disminuido el número de hojas. / Ranga B. Myneni, Universidad de Boston).

Al haber más dióxido de carbono, las plantas han podido generar más hojas capturándolo de la atmósfera, durante la fotosíntesis. Gracias a ello, el incremento de la concentración de este gas de efecto invernadero se ha visto frenado.

Al haber más dióxido de carbono, las plantas han podido generar más hojas capturándolo de la atmósfera, durante la fotosíntesis

Esta gran adición de verde «puede tener la capacidad de cambiar los ciclos del agua y del carbono a nivel global», añade Peñuelas. Otros estudios ya habían detectado que las plantas eran capaces de almacenar cada vez más carbono desde 1980, lo que concuerda totalmente con la idea de enverdecimiento planetario que defiende esta investigación.

Las emisiones de CO2 siguen siendo un problema

Sin embargo, esto no significa que el aumento de CO2 atmosférico sea positivo para el clima. A pesar de esta mayor cantidad de hojas, «el cambio climático, el aumento de la temperatura global, el incremento del nivel del mar, el deshielo o las tormentas tropicales cada vez más potentes son un hecho», asevera el investigador.

Además, «el efecto fertilizante del dióxido de carbono cada vez es menor a medida que las plantas van aclimatándose a este aumento o echan de menos otros recursos necesarios para su crecimiento como el agua o los nutrientes, sobre todo el fósforo».

Esta fertilización por parte del CO2 es el principal motivo (en un 70%) por el que la Tierra se está enverdeciendo. Pero el estudio, además, identifica el cambio climático (en un 8%), el nitrógeno atmosférico (en un 9%) y los cambios de usos del suelo (en un 4%) como otras razones de peso que habrá que seguir para ver cómo evoluciona la vegetación a nivel planetario.

Fuente: Agencia Sinc, la Ciencia es Noticia